Fundado en el siglo XIII, mereció el apoyo de la familia Salamanca y Polanco, que durante el siglo XIV financió obras de ampliación y mejora. Su espacio interior ofrece una cuidada arquitectura gótica que recoge la influencia de la Catedral. Dispone de retablos barrocos en su altar mayor.
Del primitivo edificio del siglo XIII se ha conservado la cabecera y el crucero. En el interior destacan los resplandecientes retablos barrocos, ejecutados a mediados del siglo XVIII por los hermanos ensambladores Luis y Manuel Cortés del Valle.
Este cenobio de monjas clarisas se estableció en la ciudad en el año 1234.